26 de abril de 2008

Fijación matutina

Sé que nunca me devolverás mi mirada.
Sólo tu brillante rostro metálico.
Mi primer enfrentamiento de cada mañana.

Cinco minutos contemplándote
me alejan de ser cazador furtivo.
Y tú sabes que estás lejos de ser presa.

Cinco minutos y tú erguida.
Como si de ti no se tratara.
Siempre con tu brazo en tu cadera.

Cinco minutos.
Sintiendo mis ojos.
¿Los sientes?

Te los estoy clavando.

De repente, se alzan tus vapores. ¿Te ruborizas?

Caliente.

Gimes.

Eso sí, sin perder la compostura.

Qué valiente.

Cafetera.

5 de abril de 2008

Es mentira

Es mentira.

En los mañanas venideros
abriré las ventanas del pasado
y tendré que inventarme mil recuerdos
para evitar morirme de tristeza.

Afirmaré haberte encontrado ayer
con la manta deshecha bajo tus pies
y me diré que te arropé con cuidado
mientras me respondías con tu sonrisa.

Qué mentira.

Son solo noches solas,
noches de canciones susurradas
mi voz rota que podría ser la tuya
mis dedos recorriendo una almohada (tu cuello).

Mentira.

¿Me la voy creyendo?

Cojo el martillo y clavo una nota en mi cerebro.

Y mañana juraré la gran verdad
de la gran mentira que es mi vida.

Es verdad.