Hace mucho que no salgo a la palestra.
Echo de menos aquello de subir
titubeante como cualquier desconocido,
pero con la confianza que da ir sobrio.
Atraerte poco a poco con un buen principio,
de esos con gancho que imantan la mirada
y polariza por un instante tu copa.
Buscarte alrededor, otear la audiencia
comprobar fugazmente que sigues atenta;
fijar el objetivo, perforarte los ojos y
lanzar aquellos versos franquicia
sobre los que edifico este poema:
Si las estrellas llevan años apagadas,
¿acaso no estaremos muertos?
¿será vivir verme brillar?
Y, como siempre, muero por bajar de nuevo.
Nunca se me dieron bien los finales.
3 de julio de 2009
Black Magic over and over...
Escrito a las 0:22