9 de julio de 2009

24 condicionales perfectos. (I)

—Siento mucho las molestias, pero les ruego que me presten solo un poco de atención...
Todas las cabezas bajan en una coreografía que parece sacada de un musical. El traqueteo se mezcla con Superchunk y algunas palabras sueltas que vienen a contaminar mi lectura... Creo que debería llevar algo más ligero para el metro; seguro que tanto mi espalda como mi cerebro lo empiezan a agradecer. En fin, no me queda más remedio que cerrar el libro y ya mañana volveré a empezar por la misma página...
—¿No? ¿Y qué me dice usted?
El tipo está delante de mí, su aspecto es lamentable pero eso no le impide fijarse en mi libro. Gesticula con la mano. No sé si querrá decir "menuda elección", "no te lo vas a terminar en tu puta vida" o "anda, qué suerte, sabe leer". El caso es que me ha hecho gracia...
—Tome. Siento que sea solamente calderilla, pero es lo que llevo encima...
—Muchísimas gracias.
—Oiga, en serio no hace falta que...
No me deja terminar la frase. Inclina la cabeza hacia mi oreja, y me susurra algo mientras me lo entrega...
—Es su cambio.
Y sin saber ni cómo ni por qué, comienza 1 condicional perfecto...