25 de septiembre de 2008

Tía, anoche tú y yo la pintamos mazo. No sé si te diste cuenta, pero no paraban de mirarnos.

Chupetes, chupetones y chupitos.
así se resume nuestra vida
hasta acabar sonámbulos
8 horas al día,
40 días a la semana,
sin que nadie se atreva a despertarnos.

Y ya con los ojos abiertos,
el café del domingo
y tú y yo en la misma mesa,
dejamos atrás nuestros sueños,
olvidamos los tiempos imperfectos,
y somos incapaces de acordarnos
de la primera persona del plural.

Tercera persona no significa distancia;
podríamos definirla como los extraños cotidianos,
la ausencia del sentido de la maravilla,
la monotonía de los horarios cuadriculados
que intercambian el alma y la sonrisa,
por 2 pagas extras para gastar en las rebajas.